15 marzo 2006

Reuniones mal dirigidas

Esta suele la segunda causa que hace las reuniones ineficientes: la forma en que se dirigen. Muchas veces, no hay una persona asignada para ello. Otras veces, la dirige el responsable jerárquico de más rango, pero si le llaman a mitad de la reunión y se ausenta la reunión se desmadra.
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La ventaja de una persona dirija la reunión es que evita que varios hablen a la vez y, sobre todo, que las intervenciones se desvíen del asunto real. El moderador es pues la figura que evita que la conversación se vaya hacia temas no relevantes, imponiendo su autoridad y centrando la atención en el asunto tantas veces como sea preciso.