Persuadir imitando
La persuasión depende del contacto visual. Pero no cualquiera sirve. Hay personas que prefiren miradas fugaces. Otras miradas constantes. Hay gente que prefieren ritmos animados, otros se sienten a gusto con ritmos mesurados.
La mayoría de personas es muy sensible a la compenetración, al encanto y a la "música social" de la persona que trata de convencerla.
Imitar posturas, sonreír y asentir fomentan inconscientemente el acercamiento y, por tanto, la persuasión. Eso sí, si esta imitación no es sutil y somos descubiertos la posibilidad de establecer lazos sociales puede quedar aniquilada.